QUINTO CAMINO
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SERES POLARES

EL AMOR CORTÉSEL BAUTISMO DE FUEGOCASOS DE POLARIDADES MATRIMONIO PNEUMATICO


Seres Polares

 

¡Baila, Corazón mío! ¡Baila de alegría!
Los acordes del corazón llenan las noches y los días de música,
y el mundo escucha sus melodías.
Locos de júbilo, vida y muerte danzan al compás de esta música.
Los montes, el mar y la tierra bailan.
El mundo del hombre danza riendo y llorando.
¿Por qué vestir el hábito del monje y vivir apartado del mundo, en orgullosa soledad?
Dice Kabir:
“¡Mira!, mi corazón danza, con el deleite de cien artes, y el Creador lo mira complacido”
Kabir

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EL AMOR CORTÉS

EL Amor absoluto es accesible al alma humana incluso aquí abajo. De todas formas ni el hombre ni la mujer pueden alcanzarlo por separado. No es accesible más que a una pareja y a condición de una reintegración consciente y total del uno y del otro en un solo Ser mediante una síntesis del YO y del TU reales, que posee la fuerza de romper la corteza de sus respectivas Personalidades. En la práctica eso no puede ocurrir más que cuando las dos Personalidades ya se encuentran avanzadas, enriquecidas con la experiencia que ya han adquirido separadamente en la vida exterior.
Si es cierto que el estado de Beatitud no puede ser descrito con validez en el lenguaje humano, la Tradición insiste en el hecho de que a pesar de las inmensas dificultades, es posible alcanzarlo. Dentro de ese objetivo, la ciencia esotérica ha elaborado toda una técnica de ejercicios.

El amor humano es imperfecto porque es instintivo e impulsivo. Mientras el hombre se deje llevar mecánicamente por sus impulsos, su amor no servirá más que a los objetivos cósmicos del conjunto. Retirará de todas formas de allí, como elemento de equilibrio y como recompensa, el placer que el amor le da; pero tal cual es, no servirá de nada a su evolución esotérica. Y sin embargo, el Amor es el medio más seguro y más potente para completar esa evolución. Eso es así porque el Amor es el único elemento objetivo de nuestra vida. Eso sigue siendo cierto en toda la multiplicidad de sus aspectos y en toda la variedad de sus manifestaciones.

El Amor puede servir al hombre en su evolución esotérica. Para eso, éste debe sin embargo aplicar a ese amor esfuerzos conscientes y no dejarse conducir por impulsos. En ese caso el aporte de la potencia que da el Amor no será gastado inmediatamente para servir a los objetivos generales sino que permanecerá como posesión del hombre. Podrá entonces ser utilizado para acelerar el crecimiento de su Personalidad y hacer progresar a ésta hacia el segundo Nacimiento, primer resultado tangible de las prácticas esotéricas.

Tal es la teoría del trabajo monástico que se aplica esencialmente al centro sexual, cuyos impulsos se busca dominar por medio de ejercicios. Sin entrar en el examen de las ventajas e inconvenientes de este método, es necesario decir que en la Era nueva el trabajo esotérico sale de las criptas y de los monasterios. En lo sucesivo debe proseguir en la vida, en el mismo campo de la sociedad humana. Ciertamente, la tarea es más difícil porque allí no se está protegido, como en un monasterio, al abrigo de la mayor parte de las influencias "A". En contrapartida, la vida ofrece medios más eficaces y conduce a resultados menos frágiles; la práctica esotérica en la vida permite algo más que un simple dominio del centro sexual para cultivar mejor las manifestaciones del amor por los centros emocional e intelectual y hacer surgir así el espíritu creador en sus diferentes formas. Esa cultura de un orden superior tendrá por meta centrar los esfuerzos creadores hacia el mismo punto de aplicación que es el desarrollo integral de la Personalidad, el segundo Nacimiento, la cristalización del cuerpo astral, su unión con el YO real para alcanzar la formación de una Individualidad.
Si ese trabajo se hace de a dos, hombre y mujer, puede desarrollarse con una potencia extraordinaria y dar rápidos resultados. A condición, de todas formas, de que desde el punto de vista esotérico esos dos seres se convengan íntegramente. Que sean una pareja perfecta, es decir que su conjunto refleje, por supuesto bajo la reserva de las particularidades de sus tipos humanos, la relación entre el YO y el TU absolutos, anteriores a la Creación del Universo. Este es el caso de los seres que se llaman en la ciencia esotérica: Seres Polares.
Si la soledad de los seres polares, desunidos por la caída, consecuencia directa de la identificación con el Yo de la Personalidad, es la fuente de debilidad de los humanos despojados de su inmortalidad, el retorno a la unidad parece una fuente inagotable de nuevas energías. Energías necesarias al hombre y que debe buscar para intentar restablecer el equilibrio peligrosamente roto de la vida pública y privada hoy en día.
Ese retorno a la unidad perfecta de los seres polares no se hace gratuitamente sin embargo. Es el patrimonio de aquellos que han franqueado o están preparados para franquear el segundo Umbral del Camino. En la realización de la unidad total, indisoluble, de su Yo real mediante dos Individualidades polares que han alcanzado el segundo Nacimiento es como puede y debe ser redimido el pecado original. Es la solución del problema de la vida privada y, al mismo tiempo, el de la vida pública. Y es la Paz del Señor.
¿Qué es el Yo real, Alma de nuestra alma, núcleo de la Individualidad, sino una chispa divina, parcela del cuerpo de Cristo?
“GNOSIS” TOMO I BORIS MOURAVIEFF

En la Tradición ortodoxa se enseña que existe un libro: EL Libro de Oro. Las máximas y los textos que allí figuran son revelados a los discípulos en profundidad a medida que progresan en el Camino. Esos fragmentos les son leídos una sola vez. Sin embargo, el discípulo debe retenerlos palabra por palabra y aprenderlos de memoria.
Este libro no es un Libro de Muertos, es el Libro de los Vivientes.
He aquí lo que está escrito en ese libro a propósito de la cuestión que nos ocupa:

Vivir quiere decir amar
Aquel que no ama, no vive
Lleva una existencia lúgubre,
Cuyo único sentido consiste
En la esperanza de amar.

Lo que sigue después de este texto apunta a los seres polares. Este principio que confirma con fuerza el dístico de Lermontov ya era anunciado por San Pablo hace casi dos mil años; la meta de la vida es alcanzar el Amor.

Dios es Amor
Dios es Luz
Dios es Espíritu
Y dice San Juan:

El Amor es de Dios….y
Aquel que no ama,
No ha conocido a Dios.

En cuanto al Yo de la Personalidad, constituye, por así decir, el gran punto de interrogación de nuestra vida, colocado entre los otros dos Yoes. La Personalidad puede perecer si se identifica con el Yo del cuerpo; pero puede ganar la vida eterna al identificarse con el Yo Real.
Todo depende de la actitud que el hombre adopte frente a sí mismo y su vida; construir su casa sobre la arena, o bien primero excavar hasta la roca.
De hecho, la Personalidad humana es un Talento, un préstamo divino, maravilloso, concedido al hombre para que la haga germinar mediante el trabajo y no para que la sumerja en lo terrenal, afirmándose así en lo temporal ilusorio que toma obstinadamente por lo real, confirmado por la muerte, a pesar de la evidencia de lo contrario.
Esta idea, o sobre todo, este hecho, el de una existencia prestada, con la facultad de hacerla permanente mediante el trabajo debe permanecer presente en el espíritu de aquel que aspira a alcanzar el Camino, la Verdad y la Vida. Y no debe olvidar ni un instante esta máxima inscrita en el Libro de Oro:
"Aquel que no desarrolla su talento, lo pierde.",

Hemos dicho, y volveremos a ello más de una vez, que el Amor, como la misma Personalidad, es también un talento divino prestado al hombre.
Todo el mundo clama: yo amo, tu amas, él ama, etc. Pero ante todo es necesario darse cuenta de lo que en esta aserción puede ser objetivamente verdad. La naturaleza del Amor no se presta en lenguaje científico a una definición precisa. Pero podemos juzgarlo según sus manifestaciones conocidas.

"El amor es paciente, está lleno de bondad, el amor no es envidioso, el amor no se envanece, no se infla de orgullo, no hace nada deshonesto, no busca su interés, no se irrita, no sospecha el mal, no se alegra de la injusticia, sino que se alegra de la verdad; disculpa todo, cree todo, espera todo, soporta todo."

(I Corintios 13)

Sin embargo, para conocer el Amor en sí, es necesario sentirlo, vivirlo. Y no hay otra forma de sentirlo que confluyendo con Él.
Sin embargo es necesario no perder de vista esta realidad; siendo el Amor de esencia divina está investido en sus manifestaciones de un poder absoluto. De ello resulta que no puede ordenarse amar, tanto como no puede prohibirse amar.
Antes habíamos establecido que la Meta de la vida es alcanzar el Amor.
El grado del Amor que permite la adquisición de los dones espirituales- lo que hemos llamado la adquisición de facultades nuevas- es patrimonio del hombre 5, que ha pasado por el segundo Nacimiento, dicho de otra forma, de la Individualidad nacida, que ha adquirido la conciencia del Yo Real, en su sublime manifestación andrógina. Es el fruto del Amor, de la Gracia divina concedida a aquel que trabaja en el campo del Señor, es decir, trabaja esotéricamente. Sin embargo, el Amor continúa siendo siempre la Meta de la Vida, incluso para aquel que, según la expresión del Apóstol, lo ignora; aquel que no participa en este trabajo. Más todavía, el Amor es la Meta de la Vida en toda la escala de los cosmos hasta en los organismos más primitivos.
En lo que concierne a los humanos, aparecen tres niveles característicos.

Todo lo que vive- ya lo hemos visto- vive por el Amor y aspira al Amor.
Y el Amor, cambiando de aspecto, se manifiesta sobre toda una escala de valores. Sin embargo es importante comprender que esta escala de valores corresponde a la de los diversos niveles de la conciencia, y que, en el caso del Amor, como en el de la Conciencia, la adquisición del nivel superior no excluye ni elimina por este hecho el nivel inferior superado. De todas formas y esto es lo que importa retener, lo trasforma.
A menudo se habla de sublimación del sexo, que sobreviene con el paso a los niveles superiores de la Conciencia. De hecho, esta sublimación se produce sin discontinuidad sobre toda la Gran Escala de evolución de los seres vivientes.

El acceso al Camino propiamente dicho exige un trabajo asiduo, previsto en cuatro etapas. Es ésta una Escalera de cuatro “escalones” en la que el último es el Amor, nivel que el hombre psíquico debe alcanzar para presentarse ante el segundo Umbral y franquearlo. Hemos indicado las virtudes tradicionales correspondientes a estos cuatro escalones: Fe, Esperanza, Conocimiento (Gnose), finalmente Amor. Esta sucesión representa un programa de trabajo cuya realización depende de una continuidad y de una serie de esfuerzos consecutivos, a menudo de superesfuerzos por parte del fiel, en el marco de una de las cuatro Vías correspondientes al tipo psicológico del neófito.
También hemos mencionado que el quinto camino ofrece la posibilidad de alcanzar rápidamente y franquear con éxito el segundo Umbral. La utilización de este camino está reservado a dos seres polares unidos en un esfuerzo conjugado y consciente. He aquí, como lo hemos dicho, la vía del Caballero y la Dama de sus Pensamientos.
Lo esencial es comprender que aquel que sube la Escalera siguiendo una de las cuatro vías, tiene ante sí una doble tarea, la adquisición de la Gnose, para alcanzar el Amor y paralelamente la liquidación de la tara karmica acumulada en los films precedentes así como en el film actual. Este trabajo debe ser hecho con toda la Fe y toda la Esperanza para alcanzar el resultado durante esta vida si es posible, si no, en el curso del o de los films por venir. La tarea es vasta y siempre penosa; pero el riesgo es relativamente limitado, porque las exigencias están atenuadas en relación a las del quinto camino. La razón de esto es que el quinto camino es muy rápido, más que el cuarto y en la misma medida en que este último lo es en relación a los tres primeros. La rapidez de la quinta vía es la consecuencia lógica del hecho de que en cierta forma se la recorre en sentido inverso. Porque siguiendo los cuatro primeros caminos, el reconocimiento mutuo de los dos seres polares solo se produce después del segundo Umbral, mientras que en el caso del quinto, el reconocimiento se produce intuitivamente antes del segundo Umbral e incluso a veces antes del primer Umbral, por uno de los dos partenaires y a veces, por los dos. 

Esto se explica por el hecho de que la tara karmica jamás presenta un todo amorfo, sino que resulta de un cierto número de componentes, positivos y negativos, cada uno sobre un plano apropiado y que, en su conjunto forman lo que se llama karma individual. Los seres polares pueden reconocerse incluso antes del primer Umbral, como acabamos de decir; porque, bajo el ángulo de su actitud profunda frente al Amor, su tara karmica puede ser nula o insignificante. Dicho de otra forma, viven con y en sí mismos una aspiración profunda hacia el Amor verdadero; reconocida, formulada o no, y la incapacidad de llegar a mentirse en ese dominio. .
Esta disposición interior coloca de entrada a los seres polares sobre el cuarto escalón de la Escalera, pero con la necesidad de liquidar rápidamente su tara karmica sobre los otros planos de la conciencia humana. Esta tara puede ser ligera, mediana o pesada, pero es diferente en los dos seres polares que forman una pareja.
El reconocimiento mutuo de los serse polares, antes del segundo y también del primer umbral presupone que ya han adquirido el mínimo exigible de Fe y Esperanza. Colocados como están sobre el escalón del Amor, la Fe y la Esperanza ya obtenidos en cierta medida, no les queda más para acceder al segundo Umbral, que cultivarlas para adquirir la Gnose y liquidar el resto de su karma.
El método que se les aplica es algo especial, es propio de su caso y constituye una excepción. Se dice en el lenguaje en imágenes de la Tradición que este método consiste en vaciar las bolsas de karma rechazándolo mediante la Gnose. Tal es la regla fundamental que se les da. El lector que se empeña en el quinto camino debe retener esta máxima y meditar sobre su profundo significado.
Sin embargo, la operación no es fácil. Esfuerzos y superesfuerzos se exigen a fin de que se haga lo suficientemente rápido. Porque no es posible permanecer indefinidamente sobre el cuarto escalón. Tal como lo hemos indicado, los escalones de la Escalera están hechos de tal forma que sostienen al aspirante solo durante un cierto tiempo después del cual se hunden.
Tales son los datos de la cuestión que se plantea a los dos seres polares cuando un día se reencuentran y por un movimiento interior indescriptible, experimentan espontáneamente el sentimiento objetivo y absoluto de que forman un solo ser, sentido por los dos. Esta forma de conciencia andrógina es maravillosa.

Bajo el régimen del romance libre, los partenaires no se preocupan seriamente de nada aparte de su deseo de unirse y subordinan todo a ese deseo imperioso, intensificado por la voluntad del Absoluto III. De manera que cuando alguno de ellos, o los dos, se encuentran ya ligados a otro en el momento de su reencuentro, “van más allá”. Además de las mentiras a otros, empiezan a mentirse a sí mismos. Pero como el Amor es la expresión divina de la Verdad; la introducción de la mentira arruina la felicidad de los amantes. El Amor les concede un cierto crédito, pero ese crédito es a corto plazo.

Si los amantes no se suscriben a las condiciones soberanamente exigidas por el Amor, aunque la pareja esté constituida por seres realmente polares, habiéndose agotado el crédito, el Amor desaparece.
En la mayor parte de los casos los seres polares no se reconocen. Si se reconocen, dejando aparte a los justos, en general y en el momento del reencuentro, tienen brazos y manos atados por el karma antiguo y nuevo, el karma anterior y el karma, demasiado a menudo, posterior a su reencuentro.
¿Pero cómo puedo estar seguro de que es verdaderamente la Dama de mis Pensamientos? ¿Aquella a la que aspiro y que busco sobre todas las rutas, sobre todos los senderos de mi Camino? ¿Tendré la fuerza de vencer la duda y creer en la felicidad perfecta, permanente y que no borrarán las ilusiones disipadas?
El libro de Oro dice:

Todo hombre nace llevando en él la imagen de su ser polar
A medida que crece, esta imagen crece en él
Toma cuerpo, se llena de vida y de color
El hombre no es consciente de ello. Sin embargo es su Alter Ego
La Dama de sus Pensamientos, su Princesa-Visión
A su búsqueda está destinado para siempre
Solo en Ella encontrará una perfecta resonancia de sí mismo
De los movimientos más íntimos
Inexpresables de su alma
Porque en su unión, el límite
Desaparece entre el Yo y el Tu
Ya que es su Única, su Esposa legítima
Y el silencio será entonces depositario
De la plenitud de su Amor

EL BAUTISMO DE FUEGO

El Bautismo de Fuego, última prueba de purificación se da antes del segundo Umbral precediendo al Segundo Nacimiento.
El Bautismo de Fuego tiene un doble sentido; prueba moral y efecto objetivo.
Los dos amantes, conscientes de su polaridad presumiblemente integral, son llamados a renunciar, de entrada y de común acuerdo- tomado con plena conciencia- al amor carnal, al mismo tiempo que cultivan el fuego sagrado de su Amor que toma el aspecto de amor cortés. Ellos se ponen así en armonía con las leyes que rigen la vida sexual en la segunda octava cósmica. Por otra parte el fuego sagrado de este Amor quemará progresivamente su tara kármica. Así dice la Tradición; las figuras extrañas al film saldrán ellas mismas del juego.
Las circunstancias cambiarán, los obstáculos caerán. Habiendo pasado por esta prueba de Fuego, los dos amantes se presentarán purificados ante el segundo Umbral, aptos para recibir el Bautismo de Fuego. Para unirse para siempre mediante el acto del segundo Nacimiento, nacimiento de su Individualidad, en la conciencia permanente de su unidad integral e indisoluble.
Para ello es necesario pasar la prueba.
Puede ser que después de haber rechazado la mano divina tendida hacia ellos para unirlos para siempre en la luz- pasados los años- sentirán el haber amado su debilidad, que tomaron por fuerza de carácter.

Por eso está escrito:
"Eres desgraciado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo comprar de mi el oro probado por el fuego, a fin de que seas rico y vestiduras blancas a fin de que estés vestido y la vergüenza de tu desnudez no aparezca y un colirio para limpiar tus ojos para que veas. Yo reprendo y castigo a todos aquellos que amo. Ten entonces celo y arrepiéntete."
He aquí que estoy a la puerta y golpeo. Si alguno escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.
Aquel que venza lo sentaré conmigo enmi trono, como yo, tal como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su Trono.
Quien tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias."
La cuestión es saber qué es lo que hay que oír. El Cristo nos ofrece su oro puro contra el pago de nuestra falsa moneda, que Él quema en el fuego.
Dicho de otra forma lo ETERNO contra lo TEMPORAL.
“GNOSIS “ TOMO II BORIS MOURAVIEFF

CASOS DE POLARIDADES

Si los seres humanos no fueran tan heterogéneos en sus sustancia, dicho de otra forma, en su Personalidad, podrían sin dificultad reconocer a su ser polar, que cada uno vuelve a encontrar forzosamente al menos una vez en su vida; pero habiéndose vuelto insensible su corazón, generalmente pasan a su lado sin sospechar su identidad.

Retomemos nuestro cálculo de las parciales polaridades posibles del hombre hacia la mujer y viceversa. Hemos visto que para el centro motor llegamos a sesenta y seis casos, partiendo de los doce sectores de los dos centros motores de una pareja; sectores de los que cada uno es susceptible, como tal, de convertirse en órgano de la manifestación de la energía SI 12 del centro sexual, entrando en acción.
Estos casos representan las posibilidades de uniones de alguna forma “legítimas”. Las que se realizan a parte de éstas, para los dos sexos, surgen de la vasta zona de las “consideraciones” y la “prostitución”.
Cuatro casos, entre estos sesenta y seis, que, considerados globalmente, expresan la diversidad posible del amor puramente carnal, propio al Yo del cuerpo que es esencialmente polígamo o poliandro, se distinguen de los otros por su naturaleza y, como casos distintos, no se clasifican ya entre ellos sino que se les añaden, elevando así su número a setenta.
Se trata en primer lugar, de tres casos en los cuales uno de los tres centros de la Personalidad está enteramente comprometido, en consecuencia, de tres casos donde el amor hylico se duplica con el amor psíquico y que, desde entonces, ya no representan únicamente tres posibilidades de amantes “legítimos”, masculinos o femeninos, sino tres posibilidades de cónyuges admitidos por la Iglesia ortodoxa en caso de viudez o divorcio pronunciado de la forma prescrita; y si se detiene en esta cifra, es porque, precisamente, las posibilidades naturales de polaridad psíquica no van más allá.

Los signos distintivos de estos tres casos de polaridad psíquica que pueden dar lugar a tres uniones canónicas y esotéricamente legítimas —pero que sin embargo sólo comprometen a la pareja para la vida terrestre de la psique— son los siguientes:

Cuando la polaridad de los centros motores es completa, la atracción que el hombre y la mujer sienten el uno por el otro tiene como centro de gravedad el tacto, que predomina sobre las otras impresiones sensoriales: existe entonces en el acto de amor carnal una confluencia profunda, hasta la pérdida de conciencia momentánea de las funciones intelectual y emotivas.
Cuando la polaridad de los centros intelectuales es completa, la atracción es de otro orden: visual en la mujer y auditiva en el hombre. Estos casos eran relativamente raros en los siglos pasados, pero se multiplican en nuestros días al mismo tiempo que se va igualando entre los dos sexos la formación intelectual.
Cuando la polaridad de los centros emotivos es completa, la atracción es por el contrario visual en el hombre y auditiva en la mujer.
Por supuesto, estos signos distintivos no existen íntegramente más que en los casos en que, teóricamente, no hay mezcla de las funciones de los centros, dicho de otra forma, cuando ningún centro se entromete en la zona que corresponde a la competencia de los otros; también es necesario que la energía sexual no haya sido usurpada con anticipación por uno o dos de los otros centros y en consecuencia sea vertida de forma igual para todos, de manera que san orientados conjuntamente, cada uno en su papel, hacia el acto del amor carnal.
El cuarto de los casos distintos mencionados antes —y el setenta del número total, es el de los seres realmente polares. Aquí, el Yo real está comprometido, y el Amor de la pareja, al mismo tiempo que continúa teniendo todas las posibilidades de los casos precedentemente descritos con todos sus matices, indicados o silenciados, reviste por este hecho un carácter particularmente emotivo, de orden superior. De ello sigue naturalmente que el Amor, siendo en su conjunto hylico, psíquico y espiritual, y determinando así una atracción visual, auditiva y táctil, es entonces incomparablemente más rico.
La gran característica de este caso llamado Real consiste en que la bipolaridad del yo real —uno para la pareja— orienta tanto sus cuerpos como sus Personalidades, de manera que lo que se aspira y espera del otro es precisamente y muy naturalmente, lo que el otro desea y se ofrece a dar.

Sólo en un caso de este tipo la concordia entre esposos puede volverse absoluta, de todas formas con la condición de que de una y otra parte continúe la liquidación progresiva de las taras kármicas y la realización del equilibrio entre los centros inferiores —llevando hasta el límite el desarrollo de estos – objetivos que, en su conjunto, constituyen el fin al que tiende el trabajo de la pareja que emprende el quinto camino. Desde el comienzo, esto último requiere del Caballero y la Dama elegida la práctica del Amor cortés, que reúne en él la Fe, la Esperanza y el Conocimiento (Gnose). Más allá del Segundo Umbral, comprende la adquisición de nuevas propiedades, y, habiendo cumplido esta tarea, alcanza su término en la nota MI del Camino.
“GNOSIS” TOMO III BORIS MOURAVIEFF

MATRIMONIO PNEUMATICO

La transmutación de los Hidrógenos, según esta primera octava (la de la nutrición), puede proseguir más allá del SI 12 y esto de dos formas: ordinaria y extraordinaria. La transmutación directa, ordinaria, del SI 12 en DO 6 se produce de forma natural mediante el acto sexual normal que colma el intervalo entre las dos notas. Cuando el acto alcanza su objetivo, la transmutación encuentra su consagración en la concepción, donde el SI 12 masculino y el SI 12 femenino, unidos en el orgasmo generador, engendran en el DO 6 una vida nueva y autónoma del embrión, quien sigue su propio camino y se desarrolla según una gama descendente.
En el caso de la transmutación extraordinaria, toda la abundancia de la energía SI 12, que por el precio del placer que procura el Amor carnal es arrojada fuera del organismo, puede entonces ser acumulada en éste último y sufrir una transmutación interna. Esta transmutación extraordinaria es indirecta y no se produce de forma natural, instintiva, como en el caso de la concepción: sólo puede ser el resultado de esfuerzos conscientes por parte de aquellos que continúan su progresión en la Escalera y que han alcanzado el tercer escalón. Volveremos sobre este importante problema más en detalle hacia el fin del presente volumen; por el momento dejaremos de lado la Cuestión del "cómo" y nos limitaremos a indicar la técnica alquímica del proceso.
Este segundo modo de transmutación, lo mismo que el primero, comporta tres estados que pueden ser considerados, por analogía, como el noviazgo, el matrimonio y la concepción; nos encontramos, en efecto, en presencia del Amor, pero en este caso actuando en el plano superior del Amor Cortés que une al Caballero y la Dama de sus pensamientos.
En el curso de la primera fase  de este Amor, la energía SI 12, en lugar de ser arrojada por el hombre y la mujer, fuera de sus organismos físicos y psíquicos, es conservada en ellos  por medio de su asociación, por así decir, lateral, y que se hace de una y otra parte, con el SOL 12, quinta nota de la octava de respiración.
La feliz culminación de este proceso que es experimentado como una atracción-sexual irresistible pero de un orden superior, psíquico; hace que la viva energía del SI 12, uniéndose sincrónicamente en los dos organismos con el SOL 12 comunique a éste un nuevo impulso: la pareja se siente invadida por una ola de inspiración elevada que le abre perspectivas sorprendentes.
Salvo en casos rarísimos, este estado de inspiración superior sólo se produce en la pareja del Caballero y su Dama, después de una práctica más o menos larga del Amor cortés, el único capaz de provocar este nuevo impulso que viene del SI 12 volcado hacia su interior. Es así porque en el SOL 12, siendo ya la quinta nota de la gama de la respiración, con la pérdida de carga a esta distancia, en el estado de "caída" en que se encuentra la pareja, es tal; que prácticamente ya casi no resuena. Pero bajo el efecto de este energético impulso que viene del SI 12,  se despierta en  uno y en  otro,  una unión psíquica, de una fuerza que no se asemeja a ninguna otra, anunciadora de la conciencia andrógina, y el Caballero y la Dama alcanzan el estado de los novios místicos y reciben por intermedio del Centro Emotivo superior, la bendición que viene de lo Alto.
Si en el Amor cortés, así practicado, la pareja alcanza el grado requerido de tensión emotiva, el SOL 12, despertado por la fuerza del SI 12, comunica a su turno un flujo de energía al MI 12, tercera nota de la octava de impresiones. Se comprenderá, teniendo en cuenta las corrientes epicíclicas, qué potencia toma entonces este Hidrógeno 12 triple, que viene de los dos sexos y reúne en él los SI 12, los SOL 12 y los MI 12, vibrando plenamente los tres, de una y otra parte.
El desarrollo exitoso de este proceso puede provocar un estado en el cual las energías masculinas y femeninas que vienen del SI 12 asistido en el hombre y la mujer por los otros dos Hidrógenos 12, se unen en un éxtasis  -en la conciencias de su Yo real bipolar que es UNO e indivisible para los dos elementos de la pareja.
El matrimonio psíquico, culminación del Amor cortés, se encuentra así consumado: de allí en adelante el Caballero y la Dama estarán para siempre soldados el uno al otro en su conciencia andrógina, sean cuales fueren las circunstancias exteriores y a pesar de la muerte. Este es el primer resultado obtenido en el Quinto Camino por medio de un esfuerzo consciente y sostenido de la sublimación del sexo.

Conviene decir aquí que la sublimación del sexo no es una meta en sí sino un medio. Comprende cuatro grados, de los cuales, los tres que siguen al matrimonio místico se presentan en el orden inverso en que el Amor cortés condujo a la pareja a la conciencia andrógina. De manera que el segundo es el paso sinérgico y sincrónico, en el hombre y en la mujer, del MI 12 al FA 6, paso que se opera instantáneamente y tiene un efecto análogo al de la concepción. El tercer grado es el paso del SOL 12 al LA 6, que se hace progresivamente y requiere tiempo: puede asimilarse por analogía con el embarazo; y finalmente, si nada  detiene el proceso,

la pareja alcanza en el cuarto grado, el paso simultáneo del SI 12 al DO 6: es el Nacimiento, el Tercer Nacimiento, que con el franqueamiento del Tercer Umbral abre al Caballero y la Dama de sus pensamientos el camino que los conducirá hacia el empíreo del Pleroma.
Ahora se comprenderá mejor qué gran error es para el hombre y la mujer adánicos evolucionados, que alcanzaron el tercer Escalón de la Escalera y que se colocan sobre el cuarto, el del Amor, continuar arrojando fuera de su organismo por un placer efímero, la energía SI 12, mientras que su acumulación, su dominio y su orientación juiciosa hacia el acto del Amor cortés pueden abrirle la puerta del Paraíso perdido.

(Para una mejor comprensión revisar la trasmutación de los hidrógenos en el capitulo XIV del tomo III)

extracto de GNOSIS III

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